En entregas anteriores del blog hemos tratado el complejo tema de las remodelaciones de edificios históricos. En esta ocasión, analizamos el trabajo del estudio de arquitectura italiano Duearchitetti. Su Casa AG forma parte de la intervención realizada en Varese sobre un edificio de finales del siglo XVIII, que se ha dividido en pequeños apartamentos.
Esta antigua residencia de una familia acaudalada de Milán presenta elementos muy sugerentes, como bóvedas de cañón, entramados de vigas de madera o un pesebre de piedra, que se han potenciado gracias a la reforma.
El tándem formado por Nicoletta Binello y Paolo Gelso ha tenido en cuenta sobre todo la disposición original del espacio –respetándolo–, la iluminación y una adecuada elección de materiales.
Cuenta con una planta baja en forma de cuadrado irregular y un área más reducida en el semisótano. Las paredes gruesas delimitan el espacio más o menos al azar, donde se integran a la perfección las columnas de piedra originales. La división interna se ha conseguido mediante intervenciones específicas. Así, por ejemplo, la madera se utiliza para separar la entrada y las zonas de descanso, mientras que el cristal delimita las zonas de los baños.
También se eligió dejar las paredes libres de toda interferencia, por lo que se instalaron puertas pivotantes lacadas en blanco para dar una continuidad estética. En cuanto a los suelos, el hormigón se alterna con la madera para potenciar la diferencia original entre los distintos niveles de la casa.
Destaca la secuencia de cinco ventanas abovedadas en la fachada nordeste, que proporcionan una vista estupenda de Varese. Como la luz incide con fuerza durante las primeras horas de la mañana, suavizándose a lo largo del día, se eligieron paredes de cristal satinado para determinados tramos. Una forma genial de llevar luz difusa a los baños, que pueden mutar así en grandes linternas al caer la tarde.
Algunas de las vigas y columnas de la antigua vivienda se dejaron vistas para marcar carácter, mientras que el resto se pintaron en color blanco a fin de integrarlas en el nuevo conjunto. El ambiente conseguido es, desde luego, de lo más atractivo.