Hace unos días celebrábamos el centenario del nacimiento del diseñador Harry Bertoia (1915) que aunque nació en Italia, vivió y desarrollo su carrera artística en Estados Unidos, llegando a alcanzar reconocimiento por su talento en numerosas disciplinas artísticas tales como diseño gráfico, joyería, mobiliario y escultura. Bertoia con sus diseños es parte de la historia del mobiliario del siglo XX, pero no nos gustaría pasar por alto otras facetas artísticas que complementaron y retroalimentaron su mundo artístico.
Siendo muy joven se traslada a Estados Unidos y con un talento ya visible es becado por distintas instituciones americanas, siendo la Cranbrook Academy of Art de Michigan la que más influiría en su posterior vida artística y donde compartiría ideas con Carl Milles, Walter Gropius o Charles Eames. Se trataba de una institución donde no expedían ninguna titulación oficial, sino mas bien estaba encaminada a potenciar la capacidad artística de los alumnos. Desde muy pronto Harry se decanto por el dibujo y el diseño de joyas.
Anillo de boda de Ray Eames diseñado por Harry Bartoia.
La década de los 50 será sin duda una etapa clave en la carrera artística de Bertoia. En 1950 Hans y Florence Knoll, con los que había coincidido con Cranbrook, le invitan a trabajar con ellos con la promesa de darle libertad a la hora de diseñar. Empieza una etapa muy fructífera en el diseño de mobiliario y entra en la historia del diseño del siglo XX con la colección de silla de varillas de acero soldadas y curvadas recubiertas de vinilo o cromadas que se siguen produciendo hasta nuestros días. Es la época de la “Diamond chair” (Diamante) y la “Bird chair” (Pájaro) entre otras, piezas que el propio Harry define como esculturas.
Silla Diamond
Silla Diamond
Silla Bird
Será una década muy prolífica donde además de diseñar muebles para los Knoll empieza a recibir los primeros encargos institucionales entre los que destaca la escultura que realiza para el altar de la capilla del MIT (Massachussets Institute of Technology).
En la década de los 60 Bertoia da un paso mas en su universo artístico y realiza una serie de esculturas sonoras compuestas por un gran numero de varillas metálicas de distintas longitud y grosor colocadas sobre una base rectangular que al ser movidas por el hombre o el viento chocan entre si, provocando sonidos únicos. El uso de diferentes metales, diferentes longitudes en las varillas y diferente intensidad al tocarlas hacen que cada sonido sea diferente. Concibe la escultura como un instrumento musical hasta el punto de llegar a grabar 11 álbumes llamados “Sonambient” con el sonido que producían estas esculturas.
Si sentís curiosidad por saber como suenan estas esculturas os dejamos un vídeo donde podéis disfrutar de su estética y de su sonido.
Excelente artista…!