interior de edificio olvidado fotografiado por fotógrafo alemán Christian Richter

Hay cierto ideal romántico en la belleza de lo decadente. Para algunos artistas, esa metáfora de la fugacidad de la vida actúa como un imán irresistible. Esto lo sabe bien el fotógrafo alemán Christian Richter, que lleva años inmortalizando arquitecturas olvidadas.

Fotografía Christian Richter de uno de los edificios abandonados

Nacido en 1979 en la antigua República Democrática Alemana, creció rodeado de edificios industriales destartalados que habían conocido tiempos mejores. Con la caída del Muro de Berlín, él y su familia pudieron empezar a viajar hacia el oeste. Según él mismo describe, era una sensación emocionante, un gran cambio para todos. Mucha gente abandonó Alemania Oriental en busca de nuevas oportunidades, pero él decidió quedarse.

Detalle de uno de los enormes edificios desiertos fotografiado por Christian Richter

La gran cantidad de personas que pasaron al otro lado provocó que muchas construcciones en el este se fueran deteriorando por falta de mantenimiento, de financiación o directamente por la marcha de sus trabajadores y la desidia de los gobiernos locales. Así pues, conforme crecía y viajaba, Richter iba encontrando enormes edificios desiertos. Algunas veces exploraba por su cuenta y otras con amigos. Uno de ellos le regaló una cámara digital y desde entonces va plasmando en fotografías la rara belleza de todos estos lugares.

Detalle de un cine que muestra su abandono poético desgarrador

interior de un antiguo balneario fotografiado por Kristian Ritcher

Espacios variopintos, como teatros, cines, iglesias, fábricas o mansiones, muestran su abandono poético o desgarrador. Y no solo en Alemania, ya que este fotógrafo autodidacta lleva al menos ocho años recorriendo Europa a la caza de estas «joyas», de las que contabiliza más de 1.000 por el momento.

Fotografía Christian Richter del interior de un lugar abandonado

Casi tan importante como la instantánea es la forma de acceder a ellos. En ocasiones ha tenido que entrar por túneles, trepar por las ventanas o arriesgarse a subir por unas escaleras que se caían a pedazos. Pero no cabe duda de que vale la pena jugarse el tipo vistos los resultados.

Fotografía de Christian Richter interior de un edificio secreto

Richter también destaca el poder de la naturaleza en sus imágenes. El moho, los líquenes y el óxido se abren paso por cada rincón. Cuando los techos o los cristales se desmoronan, son el agua y el viento los que se adueñan del recinto, modelándolo a su capricho. Luego llegan las plantas y algunos animales, que toman el relevo de los humanos huidos y hacen del lugar su particular fortín. La naturaleza siempre gana, reconquistando su antiguo territorio.

Fotografía de Christian Richter edificio olvidado

El artista alemán suele usar un objetivo gran angular de 16-35 mm para conseguir estas imágenes, que luego sube a sus cuentas de Instagram y Facebook, donde en total ya supera los 30.000 seguidores. Además, con buen criterio, mantiene las ubicaciones en secreto para evitar el vandalismo y que sean pasto del grafiti.

El moho, los líquenes y el óxido se abren paso por cada rincón

Vale la pena que alguien se ocupe de estos monumentos efímeros, aunque solo sea para retratar un instante de su peculiar canto del cisne.

Imágenes vía Christian Richter

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