La casa Koshino de Tadao Ando se compone de dos rectángulos paralelos de hormigón. Ambos volúmenes están parcialmente enterrados en el terreno inclinado de un parque nacional integrándose en el paisaje. Ubicada cuidadosamente para no interferir con la vegetación existente, la estructura responde al ecosistema adyacente mientras que el discurso de las formas de hormigón es más natural a través de la manipulación divertida de la luz. El volumen norte tiene dos plantas; en la primera planta un salón a doble altura, cocina y comedor; el dormitorio principal y el estudio se ubican en la segunda. La masa sur consiste en una hilera organizada de seis dormitorios para niños, baño y recibidor. Ambos espacios se conectan a través de un túnel que se extiende bajo la escalera exterior del jardín.
Tadao Ando utilizó el espacio dentro de los dos prismas rectangulares para expresar la naturaleza fundamental del entorno. El espacio revela un jardín que se pliega y acota la topografía natural. Se abrieron huecos estrechos en las fachadas cercanas a la escalera exterior que manipulan complejos cruces de luz natural y sombras en el espacio interior. Estos patrones son los únicos adornos de las desnudas estancias.
Cuatro años después de su construcción, Ando diseñó un añadido al complejo. Situada al norte de las edificaciones existentes, la nueva «cueva» de forma semicircular supone una contradicción a la organización rectilínea, dotando al complejo de un ritmo renovado.
Fotografías sacadas de: La Catedral del Mar