Las construcciones polivalentes siempre representan un reto para un estudio de arquitectura, ya que han de adaptarse muy bien a cada uso específico sin que el edificio pierda por ello su carácter de obra única.
Un buen ejemplo de ello es la Forest Pond House, una pequeña cabaña construida en la orilla de un estanque por el equipo londinense de TDO Architecture. En este caso, el reto era doble: levantar una estructura que armonizara con el entorno rural de Hampshire, al sur de Inglaterra, y que sirviera tanto de casa de juegos independiente para los niños como de espacio de reposo y meditación para sus padres.
Así pues, debía ser a la vez una creación divertida y un lugar tranquilo que se integrase a la perfección en el agua y el denso bosque circundante. La solución fue darle una forma especial a la construcción que evitase el cambio brusco de pasar de la espesura y oscuridad del bosque a la luminosidad y la calma del estanque.
Internándose en voladizo desde la orilla sobre la superficie del agua, la curvatura proporciona dos ambientes diferenciados. El espacio está revestido de madera contrachapada, cobre y vidrio, con los extremos delimitados por una puerta de acceso y un gran ventanal-mirador.
La zona de meditación, hacia el estanque, incorpora un gran escalón a modo de banco para sentarse a contemplar el agua, que se refleja en el interior de madera brillante. Por su parte, una de las caras exteriores curvas está forrada de cobre, por lo que refleja los movimientos de la luz ondulante del estanque, recibiendo así mismo iluminación a través de los árboles.
El resto de superficies exteriores son oscuras y están revestidas de pintura en tono pizarra mate, ideal para que los niños puedan dibujar sobre ella. De esta manera, el cuarto de juegos se extiende al bosque y al estrecho sendero de bambú que lleva a la cabaña.
Además, justo en la entrada, el techo se inclina para crear un acogedor rincón de tamaño infantil, que tiene su contrapunto en una pequeña ventana hacia el bosque a la altura de los niños para que escudriñen el horizonte en busca de aventuras. Y si se hace de noche, no hay problema, ya que la cabaña cuenta con suministro eléctrico.
Fotografías: Ben Blossom