Situado en unos terrenos industriales abandonados en el este de Lisboa, Kairos es un proyecto creado por los arquitectos João Quintela y Tim Simon en colaboración con la empresa portuguesa de prefabricados de hormigón Gracifer.
Se trata de una construcción muy simple de planta cuadrada cuyo interior alberga un patio también cuadrado al que, paradójicamente, no se puede acceder. Esta circunstancia crea un perímetro a su alrededor ocupado en parte por dos escaleras confluyentes que llegan casi en uno de sus vértices hasta la cubierta inexistente de este cubo abierto. Una disposición que divide el espacio en un nivel inferior cubierto y oscuro enfrentado a uno superior muy luminoso y en contacto directo con el entorno exterior.
Todo este pabellón conceptual está edificado superponiendo piezas de hormigón que se van soportando unas sobre otras sin necesidad de ningún adhesivo o fijación. Además, la estructura carece de puertas. En su lugar, cuatro aberturas laterales dan acceso desde el centro de cada una de sus caras.
El propósito de Quintela y Simon es múltiple. Por un lado, reflejar la oposición entre el tiempo cronológico (Cronos) y el tiempo indefinido o simbólico (Kairos), que no se puede medir. En lenguaje arquitectónico, el hormigón representaría lo contemporáneo frente a, por ejemplo, el legado antiguo de la piedra de las catedrales, coexistiendo ambos en el mundo moderno y aspirando el primero a resistir de igual modo el paso del tiempo.
A su vez, también juegan con la luz, directa o filtrada por los escalones, y la proporción. El suelo del patio inaccesible está rebajado 20 centímetros para albergar una lámina de agua a modo de espejo que refleja la imagen del cielo y las paredes. Sin embargo, para verla tenemos que ascender hasta la pasarela y mirar hacia abajo, ya que este cubo interior solo cuenta con dos minúsculas aberturas opuestas a modo de saeteras.
Por último, al margen del circuito institucional de museos y galerías, el Pabellón Kairos está abierto a recibir propuestas de artistas que sigan desarrollando ese diálogo entre volúmenes, luz y materiales.
Así mismo, tras su inauguración a finales de 2012, ha acogido desde charlas de arquitectos hasta diversos espectáculos de danza, teatro, música y otras manifestaciones artísticas al margen de las exposiciones temporales. Una oferta cultural variada para el público lisboeta.
Fotografías Diana Quintela