Hoy dirigimos nuestro rumbo hacia tierras escandinavas para comentar un proyecto del estudio noruego Lund Hagem Architects. Uno de sus fundadores, Svein Lund, decidió transformar dos antiguos cobertizos situados junto a su residencia de verano en una acogedora casa de invitados.
La construcción, denominada Knapphullet (ojal en noruego), está enclavada en los acantilados de Sandefjord, al sureste del país, y posee unas vistas impresionantes. Ocupa un pequeño abrigo entre grandes formaciones de granito, dentro de un paisaje costero rodeado de vegetación baja.
A pesar de disponer tan solo de 30 metros cuadrados de superficie, contiene un amplio espacio abierto con baño y una cama suspendida para dos personas. Además, se distribuye verticalmente en cuatro niveles, que incluyen un sótano y una terraza en el tejado. Es precisamente este último el que le confiere buena parte de su carácter, ya que se diseñó como un elemento que permitiera subir a lo alto del refugio para tener una visión panorámica del mar. Esta rampa escalonada de forma triangular que parte del suelo hace así las veces de cubierta protectora y de conexión con el entorno natural.
Para su ejecución se empleó hormigón blanco reforzado de 270 mm de espesor con paneles de aislamiento térmico por vacío en la parte inferior. Al ser ya el propio hormigón resistente al agua, no fue necesario ningún material adicional como revestimiento.
En cuanto al interior, la mayor parte de las paredes son acristaladas, siendo el resto de madera de roble. Un gran banco de hormigón une esta zona con el área resguardada de la terraza inferior, donde también se prolonga el suelo en el mismo material.
Así pues, los muros de piedra y la construcción forman un gran atrio en el que los laterales transparentes difuminan los límites entre interiores y exteriores. Es justo este planteamiento el que minimiza su impacto en el paisaje.
El patio dispone de un hogar metálico para cocinar al aire libre cuando el tiempo lo permite. Y los días más fríos se pueden combatir con la estufa de leña en la sala de estar.
La moderna cabaña Knapphullet, ganadora del premio Architectural Review BnB 2016, es un buen ejemplo del estilo que imprimen a sus creaciones los arquitectos de la firma de Oslo desde 1990. Fieles a la tradición del diseño nórdico, integran con habilidad sus proyectos en el paisaje, aportando soluciones prácticas en armonía con la naturaleza.
Photografia: Kim muller