La fantasía es un ingrediente fundamental a la hora de plantear un desarrollo arquitectónico. Es el caso del proyecto The Dovecote, construido en la localidad de Soutelo, en el norte de Portugal, por AZO Sequeira Arquitectos Associados.
El cliente deseaba reformar un antiguo palomar situado en el patio trasero de su propiedad, dándole una función lúdica, pero no sabía exactamente cómo materializarlo. La propuesta de Mario Sequeira y su equipo fue crear un espacio a dos alturas: la superior acogería un cuarto de juegos para los niños, mientras que el espacio inferior daría servicio a la zona de piscina del jardín.
A toda la familia le encantó la idea, así que se dejó volar la imaginación en la fase de diseño para rendir un homenaje al espacio anterior y, a su vez, concebir una estética inspirada en la magia y la aventura propias de los más pequeños de la casa.
Se tomó como referencia uno de los sueños de muchos niños: tener un hogar propio en un árbol, y a partir de ahí fueron surgiendo los bocetos. Por ejemplo, se buscó una manera de que el volumen principal pareciera estar levitando, al igual que una verdadera casa en el árbol. Esto se consiguió mediante un gran soporte central, que actúa también compartimentando los servicios del área inferior.
El resultado es un cuarto fantástico para los pequeños, al que se accede desde el jardín por la escalera en piedra del palomar a fin de darle más privacidad. Las paredes y el tejado a dos aguas son de hormigón visto, mientras que el suelo en madera de pino aporta calidez para las horas y horas de entretenimiento. En cuanto a la decoración, se prefirió el minimalismo, dejándolo sin amueblar, de manera que sean los propios niños los que lo vayan completando con sus juguetes y su fantasía.
En el piso bajo se aprovecharon los muros en piedra originales, rebajados unos centímetros para crear esa sensación visual de ingravidez en el volumen superior. Esta peculiaridad sirve asimismo para inundar de luz natural el interior. La estructura incluye una ducha, un aseo, un amplio lavabo y un gran espejo que aligera la estrechez del lateral.
Aunque abundan los detalles contemporáneos a lo largo de sus 54 m2 de superficie -como la ventana y las puertas deslizantes elaboradas con láminas de piedra que permiten cerrar ambos niveles-, se han añadido algunos referentes del uso original de la construcción. Así, la pequeña ventana triangular de la parte trasera rememora el espacio por donde entraban las palomas, y una de ellas ha quedado inmortalizada en el hormigón como símbolo de la paz y la imaginación que poblarán este magnífico refugio los días por venir.
El proyecto The Dovecote ha sido finalista de los premios internacionales de arquitectura BIGMAT 2015 y al igual que el conocido y premiado proyecto APH80 del estudio ÁBATON, su génesis se encuentra en la imagen icónica de una casa tal y como sería representada por un niño pequeño.
Fotografias Nelson Garrido.