El lema de toda agencia publicitaria que se precie es atraer la atención del público a toda costa. Pues bien, la firma londinense Fold7 ha llevado al extremo esta consigna en sus propios locales de Kirby Street, en el barrio de Clerkenwell.
Nada más cruzar el umbral nos reciben una serie de figuras humanas suspendidas en el aire que parecen interrogarnos con la mirada. Es imposible dejar de observar cómo flotan en el aire, indolentes, con sus paraguas azules y blancos haciendo las veces de paracaídas.
Esta chocante «performance» escultórica es obra del artista checo Michal Trpák, que utiliza frecuentemente las esculturas humanas a tamaño natural como forma de expresar su visión de la sociedad en que vivimos.
Todo comenzó en 2012 con un encargo para el European Business Center, un edificio de oficinas ubicado en Praga. En aquella ocasión, un nutrido grupo de muchachas y ejecutivos con maletín tomaron el patio de entrada, distribuidos en diferentes alturas. El gran número de piezas y el colorido de los paraguas (naranja, rojo, azul, amarillo, verde y blanco) daban un ambiente desenfadado al espacio entre la fachada original de la construcción y la nueva, levantada un par de metros por detrás.
Trpák alternó dos tamaños de esculturas (90 y 160 cm) en este trabajo, denominado «Slight Uncertainity», y empleó cerca de medio año desde la realización de los primeros bocetos hasta la inauguración. Las figuras cuelgan al otro lado de las ventanas de la oficina haciendo honor a su nombre: son ligeras, porque parecen estar volando a favor del viento y, a su vez, reflejan en el rostro la incertidumbre de no saber dónde van a aterrizar ni cuál será la distancia total que recorrerán. Una clara metáfora de la crisis económica actual.
Desde su aparición en la capital checa, estas mujeres y hombres voladores han visitado Italia (Arezzo), Reino Unido (Huntingdon, festival Secret Garden Party 2014) y hasta los salones de un crucero.
El fundador de la agencia Fold7, Ryan Newey, adquirió cinco de estas icónicas esculturas de poliéster para que fuesen la pieza clave en la remodelación de las instalaciones, encargada a Paul Crofts Studio. Los 45 empleados de la empresa, sus clientes e incluso la gente que pasea por la calle pueden disfrutar de este espectáculo visual. Al estar situado en un área muy espaciosa de la oficina, ese aire amenazante y algo tétrico de la instalación de Praga se ve transformado aquí en una sorpresa divertida en pleno centro de Londres. Parafraseando el mítico éxito disco de los 80, «It´s Raining Sculptures!»
Imágenes vía Fold7