Los jóvenes arquitectos chinos están logrando unas lecturas contemporáneas muy interesantes del rico patrimonio cultural del país. Un claro ejemplo es la reinterpretación de un antiguo «siheyuan» que acaba de realizar el equipo de Arch Studio en el barrio de Dashilanr de la capital, justo al sur de la Plaza de Tiananmen.
La tipología tradicional de estos edificios ordenados de manera pulcra y simétrica en torno a un patio central se rompe absolutamente a través de una distribución plástica del espacio. El diseño tenía como objetivo deshacerse de la solemnidad del «siheyuan» milenario para crear una atmósfera que acogiese una vida moderna más activa y abierta al exterior.
Así pues, sin eliminar las huellas del pasado, la disposición original del patio se convirtió en un suelo ondulado de ladrillo gris que penetra en la vivienda y conecta espacios interiores y exteriores de diferente altura. Este pavimento se curva sobre techos y paredes para enlazar de forma continua las distintas partes del edificio.
Algunas estancias, como la cocina o los baños, se acomodan bajo los techos curvados en busca de privacidad, mientras que las áreas públicas se integran en el patio a través de ventanas de suelo a techo. Los límites entre dentro y fuera quedan diluidos.
El resultado es una distribución muy versátil que se puede usar como residencia o para diversos eventos públicos, reuniones o fiestas. Para facilitar esta utilización flexible, a ambos lados del patio se proyectaron varias unidades enmarcadas por listones de roble con un mobiliario transformable.
Camas que pueden escamotearse durante el día y dejar sitio a otras actividades, cortinas perimetrales para crear intimidad o estancias que ocultan bajo su plataforma de madera una mesa que se eleva y les permite transformarse en un salón de té son solo unos cuantos ejemplos de este tipo de conversiones eficientes.
Por tanto, sin cambiar sustancialmente la disposición original de esta casa-patio, se ha conseguido dar una nueva función a sus componentes para crear algo dinámico y más ajustado a los nuevos tiempos. Una actualización que se disfruta relajadamente al caer la noche, cuando la iluminación hace brillar en todo su esplendor el sinuoso pavimento gris.