Si pensamos en furgonetas icónicas, sin duda la Volkswagen Transporter (en sus versiones T1 o T2) ocupará uno de los primeros puestos. Asociada para siempre al movimiento hippie de los 60, sus divertidas formas redondeadas marcaron toda una época.
Inspirada en este clásico, la joven empresa californiana Happier Camper ha lanzado al mercado la caravana de remolque HC1. Tras cinco años dándole vueltas al diseño, han ideado el sistema modular Adaptiv, que permite personalizar el interior según las necesidades del usuario. Su mayor ventaja es la enorme flexibilidad que ofrece, ya que puede transformarse sobre la marcha en un hogar para la acampada, una atípica habitación de invitados o un espacio extra para transportar bicicletas, motos e incluso kayaks, entre otras opciones.
Su alma retro ofrece un interior con casi 6,7 m2 de superficie útil, donde cabe una cama de matrimonio, una individual con cocina o hasta una supercama para 5 personas. También lo podemos configurar como espacio de oficina en plena naturaleza o convertirlo en un original punto de venta.
Con una estructura robusta pero ultraligera, la HC1 puede ser remolcada por casi todos los vehículos 4×4. Destaca su gran portón trasero, la amplia entrada lateral y sus ventanas panorámicas, que permiten disfrutar plenamente de las vistas.
Esta caravana compacta con doble aislamiento realizada en fibra de vidrio mide aproximadamente 2 metros de ancho y 4 de largo, por lo que ocupa una sola plaza de aparcamiento. Viene equipada con panel solar, tomas de corriente, luces LED y un toldo integrado que al desplegarse crea una agradable zona de sombra.
Con siete colores disponibles, sus guardabarros clásicos y los tapacubos brillantes en aluminio nos transportan directamente a otra década. Además, los módulos cuadrados que equipan la caravana pueden sacarse al exterior y convertirse en mesas y taburetes para una comida al aire libre.
La filosofía de Happier Camper es que cada uno complete la HC1 a su gusto, por lo que se le pueden añadir infinidad de extras, desde duchas o neveras hasta una barra de bar exterior si queremos transformarla en una food truck. El único límite es nuestra imaginación.