El pinball es uno de esos juegos míticos que pasan de generación en generación sin perder una pizca de su atractivo. Decoraciones espectaculares, efectos especiales, luces y sonidos que enganchan… todo va cambiando conforme avanza la tecnología, pero el hecho de impulsar la bolita metálica para conseguir el máximo de puntos sigue teniendo muchos fans. Y es que, ¿a quién no le gustaría descargar el estrés de un día de trabajo echando unas partidas en casa?
El único problema es que son máquinas muy caras que ya van estando disponibles solo en recreativos o en bares vintage. Pero quizá esto lo haya solucionado una joven empresa suiza: Make & Play ha lanzado un equipo económico de pinball –bautizado como Makerball– que se envía a domicilio en un kit para montar, al más puro estilo Ikea.
El diseño es muy simple, a base de piezas de madera que se ensamblan con la única ayuda de un destornillador. El modelo básico incluye obstáculos, placas de cobre, elementos de goma, piezas de metal e imanes, que se pueden instalar en cualquier parte del espacio de juego al venir ya perforado.
A partir de esta base inicial, el único límite es la imaginación de cada cual. Uno puede tunearlo creando sus propias rampas, loopings o caminos enrevesados con todo tipo de materiales, desde cartón, plástico o arcilla hasta otros mucho más exóticos. De hecho, el vídeo de presentación da una ligera idea de lo disparatados que pueden llegar a ser los diseños. Además, podemos pintar y decorar los paneles exteriores para personalizar al máximo nuestro Makerball.
Pero si queremos pasar al siguiente nivel –el digital– y no nos asusta trastear con la electrónica, podemos adquirir un microcontrolador que envía una señal cada vez que la bola toca una de las placas de cobre. De esta forma, a través de una aplicación gratuita, nuestro móvil se transforma en un marcador a tiempo real donde acumular los puntos.
La diversión está asegurada con este pinball tan ingenioso, que nació del proyecto fin de carrera de Alain Schibli para la Escuela Superior de Artes de Zúrich. ¿Alguien se apunta a conseguir una bola extra?
Imágenes gentileza Makerball
