En una tierra con un clima tan extremo como Noruega, el diálogo entre naturaleza y arquitectura se hace aún más necesario. Desde la elección de los materiales hasta la forma o la disposición interior de cada casa, todo ha de ser estudiado con detalle para lograr un resultado cómodo y en armonía con el paisaje, tanto en verano como en el riguroso invierno nórdico.

Desde 1990, el equipo de Lund Hagem Architects –auténticos especialistas en este tipo de construcciones– viene aportando soluciones desde Oslo a esos intensos desafíos. Hoy presentamos su Cabaña Geilo, una residencia unifamiliar ubicada en la localidad homónima, centro turístico de invierno a medio camino entre Bergen y la capital noruega.

Lo primero que destaca es su particular geometría, perfectamente adaptada a la topografía de la parcela. Al estar situada a 982 metros sobre el nivel del mar, dispone de unas hermosas vistas sobre el valle, pero hay que tener en cuenta que en los meses más fríos las nevadas son muy abundantes, por lo que solo es accesible mediante motos de nieve o esquís.

Así pues, la cabaña se organiza en tres volúmenes: el espacio principal (con abundante acristalamiento para disfrutar de las panorámicas), la zona de invitados (en uno de los extremos de la casa para hacerla independiente) y el garaje. Las tres estructuras se conectan mediante un tejado inclinado en forma de U que genera un patio interior al abrigo del viento. Su orientación hacia el sur hace posible, además, que el sol bajo invernal penetre por esta abertura.

A fin de aprovechar el calor de la tierra e interferir lo menos posible con el paisaje, la Cabaña Geilo tiene poca altura, quedando casi totalmente cubierta de nieve en invierno. En cuanto a los materiales, Lund Hagem alternó el hormigón y la madera –ambos pintados en negro– en el exterior, con intención de mimetizarla con el resto de edificios tradicionales de la zona.

El interior minimalista conjunta los suelos de hormigón en gris y el roble oscurecido con sulfato de hierro, una mezcla elegante potenciada por la iluminación del tragaluz, los ventanales y una llamativa chimenea suspendida.

 

 

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