Como explica la artista Teresa Rancaño Lejárraga, “El vellón de lana es una materia prima milenaria cuya flexibilidad, calidez, limpieza hacen posible adentrarse en la expresión escultórica contemporánea con plena vigencia.»
Fruto de la investigación durante años de Rancaño Lejárraga, surge la serie «De pura lama». Esculturas realizadas con vellón de lana cardado natural y teñido con procesos artesanales.
Construidas con la técnica de fieltrado con aguja en seco, que consiste en la suma progresiva de vellón con una aguja especial que compacta la lana hasta la realización del fieltro sin la intervención de agua. Requiere una labor minuciosa, delicada y atenta, pues la disposición de los trozos de lana, la dirección, la cantidad y las tensiones internas que se generan en la construcción de la pieza son elementos decisivos y determinantes en el resultado final.
El color, la lana teñida, es un factor enriquecedor que ha supuesto un giro en el trabajo de la artista. La libertad expresiva y la agilidad de las formas son elementos de transformación y de importancia singular en estas obras.
A la artista le interesan los perfiles, las aristas, la unión de las formas, la economía de medios. Trabaja con muy pocos elementos que se combinan, que dialogan y cuando encuentran su lugar definen la escultura y le dan su propia personalidad.
Trabajar con lana, con pura lana cardada, con vellón de lana en seco, es un proceso que implica una relación muy peculiar con el tiempo: es infinito, siempre se puede continuar, la capacidad de transformación y por tanto de tomar decisiones creativas es permanente, siempre permite seguir interviniendo. Esto genera un diálogo con la obra muy distinto al que lo hacen otros materiales escultóricos como arcilla, piedra, madera… es un diálogo abierto y esta posibilidad le interesa especialmente.
Es un material íntimo, son piezas creadas para habitar un espacio interior, son enigmáticas y delicadas, son atemporales.