Los últimos avances en tecnología de la construcción no dejan de sorprendernos. Soluciones imaginativas con materiales cada vez más ligeros y, paradójicamente, mucho más resistentes que los convencionales.
El estudio neoyorquino THEVERYMANY, liderado por Marc Fornes, es un buen exponente de este nuevo concepto de estructuras orgánicas a gran escala con una piel tan fina que cuestiona los límites establecidos hasta ahora.
Un ejemplo muy ilustrativo de su trabajo es la instalación permanente Minima | Maxima, creada para la Expo 2017 de Astaná (Kazajistán) sobre energías alternativas y renovables. Con sus imponentes 13,1 metros, es hasta la fecha la construcción más alta realizada a partir de un material tan delgado como una moneda.
El equipo ha desarrollado un sistema especial de «tiras estructurales» para elaborar armazones curvos autoportantes con una superficie ultrafina de tan solo 6 mm. A pesar de las torsiones, giros y desafíos espaciales, sus creaciones son tremendamente estables. El secreto se basa en un modelo sándwich de 3 capas planas de aluminio de 2 mm (blanca-rosa-blanca) que se van apoyando una en otra a fin de producir la curvatura deseada e ir ganando altura.
De esta forma, un componente isotrópico como el metal empleado (con las mismas propiedades en todas las direcciones) se convierte en un material compuesto anisotrópico en el que las propiedades estructurales dependen de la dirección. Se podría comparar con la fibra de vidrio o de carbono, pero a diferencia de estas, cada elemento no precisa estar en tensión y su procesamiento no requiere ni moldes ni andamiajes temporales. Al basarse en uniones puramente mecánicas, el diseño generado por ordenador puede además ir corrigiéndose durante la construcción.
La versatilidad de esta técnica hace posible la creación de unos puzles gigantes que se contorsionan sobre sí mismos para estimular la imaginación de los visitantes al adentrarse en ellos y llevarlos hacia una experiencia cercana a la ciencia ficción. Volutas imposibles y aberturas desaforadas se alternan en esta desproporción laberíntica que, sin embargo, posee una rotunda solidez. La superficie interconectada elimina toda necesidad de columnas o de vigas para la sustentación, trastocando nuestras nociones de un recinto al uso. Pura magia visual para soñar.