El éxodo de los jóvenes del campo a la ciudad sigue siendo una constante en muchos países. La falta de oportunidades en sus pueblos de origen y esa irresistible atracción que despiertan los grandes núcleos urbanos son culpables en buena medida de la despoblación progresiva de las zonas rurales. Esto es particularmente sangrante en economías con un crecimiento económico acelerado, como la china.
La marcha de todas esas personas en edad de trabajar provoca un desequilibrio en la sostenibilidad social, ya que la población rural pasa a estar formada en su mayoría por abuelos y nietos. Ante esta realidad surgen proyectos como el de los arquitectos Christian Taeubert y Sun Min –miembros del estudio chino Clou Architects–, que pretenden empezar a resolver el problema transformando los hogares de estas comunidades.
Su iniciativa «Studio Cottage», llevada a cabo en una aldea de la periferia de Pekín, busca recuperar viviendas desocupadas para restaurarlas con comodidades y toques modernos sin eliminar la esencia del pasado. En este caso, se actuó sobre una casa edificada en los años 70, trabajando en colaboración con el agricultor que la construyó entonces.
En la remodelación se respetaron muchos de los elementos originales, como el entramado de vigas de madera o los techos tradicionales de la zona. Para el interior se optó por una distribución abierta y grandes puertas y ventanas que potencian la luminosidad, al tiempo que permiten una buena ventilación. Aquí, la conservación de la carpintería existente, con su ornamentación clásica, contribuye a transmitir la herencia cultural a las nuevas generaciones.
De planta rectangular, uno de sus extremos alberga el baño y el dormitorio principal, mientras que en el otro se ha dispuesto un espacio para dormir más pequeño. El centro está presidido por una moderna cocina y el comedor, que se prolonga en una sala de estar con chimenea.
Para la remodelación se utilizaron principalmente materiales de origen local. Esto se refleja muy bien en el patio exterior, muy amplio, donde a base de piedra y madera se logró crear un ambiente muy acogedor que invita a la integración vecinal en estos nuevos tiempos de despoblación.