La dilatada carrera del arquitecto brasileño Marcio Kogan cuenta desde este año con otro ejemplo de vanguardia bien entendida. Su «Casa plana», situada en Porto Feliz, un pequeño municipio del estado de São Paulo, representa según sus propias palabras «un ejercicio radical de horizontalidad».
En efecto, toda la vivienda está coronada por una gigantesca losa de hormigón no soportada por vigas, sino por una serie de finos pilares metálicos. Estos pilares en forma de cruz, deliberadamente estilizados, son un homenaje nada velado a Mies van der Rohe y a su elegante arquitectura de espacios abiertos.
El diseño propuesto por Studio MK27 se distribuye modularmente en tres ejes. Así, bajo el inmenso tejado hay dos estrechas «cajas» que albergan la programación de la casa. La primera contiene las áreas de servicio, con un gimnasio y salas de juegos y televisión, mientras que en la segunda encontramos cinco dormitorios con baño.
Respecto a las salas de estar, unas grandes puertas correderas acristaladas permiten cerrarlas o bien abrirlas por completo e integrarlas en el paisaje exterior. Es entonces cuando la vivienda se transforma en una enorme terraza con piscina rodeada de vegetación. Sus muebles bajos de madera acentúan ese concepto de planitud, que solo se rompe en áreas puntuales, como a través de la colorida silla colgante situada en uno de sus extremos.
Para equilibrar esta linealidad extrema, Kogan incorpora una pared oscilante de ladrillos que abraza tres cuartas partes de la residencia. La disposición de los ladrillos –que no llegan al techo y dejan huecos entre sí para el paso de la luz– permite una buena ventilación y crea un filtro luminoso que va variando con el transcurso del día. Un enrejado de arcilla, a veces cóncavo y otras convexo, que serpentea el perímetro y define el volumen de manera sutil.
El protagonismo de la extensa plataforma de hormigón la convierte de hecho en la quinta fachada del edificio. Además, el estudio le incorporó lucernarios y paneles solares, cubriéndola con césped para transformarla en un techo verde. Vista desde arriba, la Casa plana está en total armonía con la naturaleza, mimetizándose con el entorno.