Santa Pau, una tranquila localidad catalana situada en plena comarca de La Garrocha, es el escenario donde se ubica la Casa Retina. La economía del pueblo, aún basada mayoritariamente en la agricultura y la ganadería, sigue siendo un reducto de paz para quienes buscan lugares donde descansar de las prisas cotidianas.
En este sentido, el diseño de la firma gerundense Arnau estudi d´arquitectura ha aprovechado los elementos ya presentes en el paisaje para elaborar un refugio familiar en el que disfrutar del entorno y las cosas sencillas que aún perduran en la vida rural.
Lo primero fue adaptarse a la peculiar topografía del terreno disponible, con una pronunciada pendiente. Para ello, se construyó un prado sobreelevado que sirve a su vez para integrar el garaje, la piscina, el muro inclinado de fondo y una pasarela.
Sobre esta superficie plana descansa un volumen rectangular de hormigón que configura toda la vivienda. Su interior diáfano incluye una gran sala de estar y dos dormitorios, todo orientado al sur, mientras que la entrada y los servicios se ubican dentro del muro grueso que aísla de los rigores del norte.
Sin embargo, la espectacularidad del proyecto reside en la solución buscada para sacar todo el partido posible a las panorámicas desde cualquier rincón de la casa y a su eficacia medioambiental. El módulo de hormigón se dividió en el exterior en cinco cuadrados idénticos, uno de ellos suspendido audazmente en voladizo. Estos espacios, acristalados de suelo a techo, filtran la exposición al sol mediante unos grandes cerramientos en madera cuya apertura regula el usuario a voluntad.
Esta especie de párpados artificiales que se abren y cierran como por arte de magia permiten resguardar el interior en las horas de más calor, al tiempo que invitan a disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor el resto del día.
A pesar de su osadía de formas, la modernidad de la Casa Retina contrasta armoniosamente con el espíritu tradicional de las casas cercanas, lo que favorece así mismo su integración con el entorno arbolado, el río y los huertos cercanos. Y su módulo suspendido nos recuerda a las rapaces listas para alzar el vuelo, dueñas por completo del horizonte.