La Casa Brione, obra del estudio Wespi de Meuron Romeo, es un diseño ejemplar de vivienda unifamiliar adaptada al terreno. Situada en Brione sopra Minusio, una pequeña localidad del cantón suizo del Tesino, se beneficia de unas vistas privilegiadas sobre la ciudad de Locarno, las montañas y el lago.
No obstante, el envidiable horizonte de toda esta zona la ha llenado de villas en diferentes estilos, lo que ha supuesto un cierto caos urbanístico. Ante tal panorama, los arquitectos decidieron en este caso emplear un modelo que conllevara un mínimo impacto sobre el paisaje.
En lugar de los atributos clásicos de una vivienda, se pensó en dos grandes cubos de piedra que se amoldan a la montaña siguiendo su pendiente. De este modo, colocados uno contra el otro, sobresalen poco del relieve de la colina y se integran en ella, en lugar de robarle protagonismo o resultar estridentes.
Evidentemente, los espacios habitables se excavaron en la roca. Se podría pensar desde fuera que el porte monolítico y la ausencia de grandes ventanas se traduciría en interiores mal iluminados, pero nada más lejos de la realidad. La luz natural entra a raudales por dos grandes aberturas parecidas, cuyas rejillas de madera actúan como puertas correderas. Además, unos audaces huecos cenitales introducen los rayos del sol en puntos clave de la vivienda, como el garaje triangular o el salón. Por último, varios patios interiores suministran un extra de iluminación indirecta a la casa.
La disposición interior de la Casa Brione hace posible disfrutar de las panorámicas del valle desde diversos puntos. Así, por ejemplo, la pared acristalada de la cocina-comedor ofrece un mirador privilegiado, al igual que el entorno de la piscina, situada al pie de uno de los cubos y coronando el otro. Allí, el reflejo del agua se funde con la superficie del lago.
En cuanto a la decoración, los muros perimetrales tienen su réplica en las paredes de piedra vista del interior. El tono gris predominante se alegra con alguna nota de color en los suelos de la habitación principal y los patios. Esta sobriedad, junto con un mobiliario bien escogido, contribuye a dar un aire atemporal a todo el conjunto.