Manshausen es una isla privada situada entre fiordos al norte de Noruega. El explorador polar Børge Ouslands –famoso por ser la primera persona en cruzar la Antártida en solitario– la compró en 2010. Su intención era construir un pequeño complejo turístico para amantes de la naturaleza extrema donde disfrutar del buceo, la pesca, las rutas en kayak o las auroras boreales.

El proyecto lo materializó la firma local Stinessen Arkitektur en 2015 con madera y cristal, creando varias cabañas entre las impresionantes cumbres de la isla y el mar. Además, restauró una granja del siglo XVIII para transformarla en un restaurante con una biblioteca bien surtida de libros de viajes en la planta superior.

Como curiosidad, el cercano municipio de Steigen, antiguo núcleo pesquero y puerto comercial, alberga hoy en día la mayor población de águilas marinas de todo el mundo.

Todos estos atractivos naturales han impulsado bastante el turismo ecológico en la región, por lo que en 2018 se decidió iniciar una ampliación de los refugios, bautizada como Manshausen 2.0.

El estudio noruego diseñó nuevas cabañas e incluyó en esta ocasión un área de sauna conectada a un estanque central de agua salada. Puesto que la sostenibilidad guía todo el proyecto, la zona de relax se construyó utilizando material sobrante de la etapa anterior y dando una segunda vida a tejas de pizarra antiguas procedentes de la isla.

A diferencia de las cabañas originales, que descansaban sobre los muelles de piedra ya existentes, las nuevas se colocaron en voladizo sobre el mar, resultando mucho más llamativas. En su diseño se tuvieron en cuenta factores como la altura de las olas, el probable aumento del nivel del mar y el clima extremo de este archipiélago. Dada la elevada salinidad a la que están expuestos, cada alojamiento se revistió con láminas de aluminio.

Las formaciones rocosas marcan el acceso a las cabañas, cuya proa acristalada apunta hacia el mar. De esta forma, las panorámicas desde el interior son insuperables.

Con capacidad para hasta cuatro personas, disponen de una habitación principal con cama, baño, cocina-comedor y un amplio espacio para el equipaje. Incluso con mal tiempo, las comodidades de estos refugios brindan al visitante una experiencia única que va variando según la estación.

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