La Haus Gables destaca en las afueras de Atlanta por su atrevimiento de líneas y su solidez. La arquitecta Jennifer Bonner, directora del estudio bostoniano MALL, ha logrado crear una vivienda poliédrica y divertida a partir de una parcela muy estrecha.
Aunque el terreno de partida auguraba una casa convencional, heredera del estilo del vecindario, el diseño incluye un insólito grupo de seis tejados a dos aguas en distintas direcciones, que se unen para formar una sola cubierta. En este endiablado juego espacial, cobra importancia el material elegido para levantar la residencia: madera laminada cruzada (CLT). Al ser un producto de gran resistencia y estabilidad dimensional, hizo posible la fantasía que encontramos en el interior.
El techo en zigzag configura habitaciones, pasillos y zonas a doble altura, jugando siempre con sus valles y crestas. Tenemos así una disposición que, aparentemente, se adapta a la ocurrencia arquitectónica. Algo que se hace aún más patente en la fachada de la entrada. Allí, la casa tradicional vuelve a desaparecer para dar paso a un perfil recortado. En realidad, todo el perímetro –trufado de ventanales– es un canto a la abstracción.
Forzados por la asimetría, la inclinación poco usual de los techos produce espacios llenos de luz natural. Unas zonas sólidas gracias a los paneles de CLT, un material de construcción nada habitual en el mercado estadounidense, pero que en este diseño evita la elaboración de armazones al uso.
La plasticidad interior de la Haus Gables se acentúa con la elección de los acabados. Bonner rescata el concepto de «falsa terminación», una tradición del sur de Estados Unidos, cuando los propietarios no podían permitirse materiales lujosos y los «falsificaban». Así mismo, la arquitecta utiliza el llamado «bloqueo de color» de la cultura pop para producir contrastes de perspectiva llamativos y engañosos.
En este juego de apariencias, dos lados de la vivienda se cubrieron de ladrillos de imitación, mientras que dentro, el terrazo negro se aplica como una baldosa delgada y los presuntos acabados de mármol son realmente vinilos veteados.
El mobiliario escogido contribuye también a potenciar la audacia de los elementos arquitectónicos, arriesgando en materias primas, colores y formas. En definitiva, una exploración de nuevas soluciones para hogares radicalmente contemporáneos.