En realidad, solo debería haber sido un garaje. Sin embargo, el Remisenpavillon es mucho más que eso. Como elemento funcional, completa el grupo de instalaciones típico de una granja tradicional de Baja Sajonia, en el norte de Alemania. Es fiel a las proporciones y líneas de construcción habituales en la región, al tiempo que utiliza materiales corrientes, como el ladrillo o la madera.
No obstante, desde lejos aparece como un enigma. El visitante percibe primero un gran cubo cerrado, que va dejando ver su elegante trama de albañilería conforme uno se acerca por la carretera de acceso. Aislado en una esquina del patio exterior de la granja y provisto de grandes portalones de madera, sus auténticas posibilidades de uso solo se adivinan si escudriñamos por la celosía de ladrillos.
El proyecto del estudio Wirth Architekten, con sede en Bremen, ofrece un espacio rural polivalente que cambia de utilidad dependiendo de la temporada. Puede usarse para almacenar y cortar la leña procedente de los desmontes, para guardar el tractor y los aperos agrícolas utilizados en el cultivo de las tierras o como garaje para los coches de la familia.
Pero en verano, cuando el edificio está vacío, se convierte en un lugar ideal para organizar celebraciones y pequeños eventos aprovechando el jardín vecino. Y gracias a una iluminación cenital oculta bajo el techo, las veladas pueden prolongarse durante bastante tiempo. Una función que no estaba prevista en principio, aunque el pabellón parece construido para ello. Incluso serviría como improvisada oficina al aire libre…
En cuanto a los materiales de construcción, se optó por la sencillez y el reciclado, respetando al máximo el medio natural. Con suelos y techos de hormigón visto, los ladrillos que dibujan el perímetro con sus filigranas fueron rescatados de las ruinas de una granja cercana, abandonada tras sufrir un incendio. Así mismo, todos los tablones de madera usados para armar las puertas proceden de un único roble, alcanzado por un rayo quince años atrás y que desde entonces esperaba en un prado su destino. Un aserradero de la región se ocupó de darle un noble final.