La cerámica es, sin duda, el material protagonista de la Casa Piedrabuena, un proyecto de Muka Arquitectura. Ubicada en la localidad homónima de Ciudad Real, esta vivienda unifamiliar partía con la desventaja de una fachada de tan solo dos metros y medio de anchura. Además, la parcela presentaba una geometría complicada, ya que el estrechamiento se prolongaba casi 12 metros hasta abrirse a un fondo de saco rodeado por los muros medianeros de los edificios colindantes.
Un trazado tan peculiar dejaba sin iluminación natural buena parte de la casa. Para resolver este problema se abrieron tres grandes lucernarios, que proporcionan haces de luz tanto a la planta inferior –dedicada a oficina– como a la superior. Esas zonas del forjado intermedio no llegan a encontrarse con los muros, creando espacios libres para iluminar las diferentes salas de la planta baja.
En cuanto a la fachada, se dispuso una original cortina cerámica que ofrece continuidad respecto a las viviendas de ladrillo adyacentes. El adoquinado de barro prensado sobresale de los cantos de los forjados, y su disposición alternada a soga y sardinel le otorga propiedades tanto estéticas como prácticas. Por un lado, induce un juego de sombras cambiantes a lo largo del día. Por otro, cuando el sol se retira de la fachada, el mero accionamiento de sus piezas abatibles y pivotantes cambia la relación entre lo público y lo íntimo.
A su vez, el equipo del arquitecto Moisés Royo retrasó las posiciones de las zonas acristaladas a fin de generar espacios intermedios, como los zaguanes de acceso y las terrazas. La celosía de ladrillos macizos tamiza la luz que llega al interior, produciendo una atmósfera distinta según la estación o las condiciones meteorológicas. Al ser permeable, facilita también la ventilación natural y, si se moja, el aire húmedo mejora la sensación de confort.
Todo el interior está revestido con tablero de fibras orientadas, que contrasta con los suelos de hormigón pulido. Estos paneles tienen la ventaja de ofrecer un mejor comportamiento acústico que las placas de yeso y de no precisar mantenimiento.
El cliente limitó de entrada el presupuesto para la Casa Piedrabuena a 900 €/m2, un objetivo que se cumplió gracias a un sistema muy similar a la construcción prefabricada. Con él se logró reducir la mayoría de labores de la obra a trabajos de carpintería y herrería.