El estudio mexicano Taller de Arquitectura, encabezado por Mauricio Rocha, firma la Escuela de Artes Plásticas y Visuales de Oaxaca. Ubicada en la Universidad Autónoma Benito Juárez, su original trazado responde a un más que curioso aprovechamiento de materiales.
La realización de una serie de obras previas en el campus había generado una enorme cantidad de tierra. Dado que la universidad no contaba con ningún plan director específico que obligase a una determinada uniformidad en sus edificios, el equipo decidió crear con ella varios taludes y situar las instalaciones de la escuela en el interior. Esta ingeniosa solución logra un doble objetivo: proyecta al exterior una imagen de gran jardín, a la vez que genera abundantes zonas de sombra y una protección natural para cada bloque.
Una vez definido el perímetro, se optó por una planta ajedrezada para obtener numerosos patios interiores en una sucesión de volúmenes y vacíos. Se crea así un entramado de rutas de comunicación entre aulas, talleres y zonas verdes, con un efecto visual de puntos de fuga en parte de esos caminos.
Las construcciones responden a dos tipologías. Por una parte, varios edificios de piedra de tres metros de altura contienen los taludes artificiales y acaban en terrazas junto a los patios. Por otra, edificios exentos construidos con tierra compactada (tierra y un 15 % de cemento). Con muros de 60 a 70 cm, este material aporta un buen aislamiento acústico y crea un microclima ideal para las condiciones extremas de Oaxaca de Juárez, además de prolongar el cromatismo terroso de los taludes.