El Palau de Casavells, enclavado en la localidad gerundense de Corçà, dentro de la comarca del Baix Empordà, es un edificio histórico con orígenes que se remontan al siglo XIV. Desde su primera función como reducto fortificado, ha servido –entre otros usos– de refugio para la población local en épocas de guerra o de residencia para la jerarquía eclesiástica del obispado de Gerona. Todo ese pasado azaroso lleno de remodelaciones ha legado una combinación de estilos arquitectónicos muy interesante.
Con el objetivo de preservar su gran valor, en 2011 se inició un proyecto de restauración que convirtió el Palau en un espacio expositivo de casi tres mil metros cuadrados compartido por dos galerías de arte barcelonesas: Miquel Alzueta y Side Gallery.
La idea partió de Luis Sendino, abogado madrileño especializado en propiedad intelectual, y del arquitecto y decorador barcelonés Jacobo Valentí. Ambos querían construir un marco creativo donde dialogaran el arte plástico contemporáneo y la herencia del edificio. De esta forma, las propuestas más actuales conviven a diario con mobiliario del siglo XVIII o de la década de los cincuenta en un ambiente totalmente ecléctico e inspirador.
En medio del largo inventario de elementos antiguos, encontramos piezas de arquitectos como Lina Bo Bardi y Gio Ponti junto a otras referencias icónicas del diseño, como la silla de roble CH25 del danés Hans J. Wegner. De hecho, un paseo por las diferentes salas supone todo un recorrido histórico por el arte europeo.
El contraste de estilos fomenta la imaginación. En palabras del propio Valentí, «los límites y las fronteras son los lugares más ricos», a semejanza de «las orillas de los ríos, que es donde encontramos más vida». No es de extrañar, por lo tanto, que este proyecto incluya un programa de residencia de artistas para estimular su creatividad a través tanto del palacio como del entorno rural del Ampurdán.
En cuanto a la naturaleza de las exposiciones, los jóvenes talentos tienen su espacio al lado de artistas consagrados. Y las propuestas no son exclusivamente plásticas, ya que también hay sitio para las muestras de fotografía o el diseño de interiores. Todo un muestrario de arte tradicional y nuevas tendencias a solo veinte minutos de la Costa Brava.