La piel plateada de la Casa Garoza resplandece a las afueras de Muñogalindo. La pequeña localidad abulense acoge este retiro de aspecto industrial que rompe por completo el esquema clásico de una casa en el campo.
Obra del Estudio Herreros, emplea un sistema modular que permite futuros cambios o ampliaciones, y que no precisa cimentación. Como ventaja extra, apenas altera la parcela, pues toda la estructura se eleva sobre unos cuantos pilares metálicos que se apoyan en el granito original. De este modo, no es preciso nivelar el terreno y se puede conservar tanto la vegetación como las escorrentías.
Toda la construcción es en seco, fabricada en un taller, a base de unidades completas ya con todos sus acabados interiores en tramos de 3 metros de anchura, 2,5 de alto y hasta 12 de longitud (el máximo que admite el transporte convencional). Solo la cubierta y el revestimiento de la fachada se colocaron in situ para asegurar la continuidad y una óptima impermeabilización de las superficies de contacto.
La vivienda de 75 m2 se levanta así sobre el suelo en vez de hundir sus raíces en la tierra y transforma ese concepto industrial rompedor en un hogar al aire libre. Se tiene por una parte un gran espacio interior a doble altura para el salón, la cocina y el comedor, mientras que los altillos, los rincones y los espacios de transición se convierten en dormitorios y áreas de trabajo o almacenaje.
En el exterior, una gran terraza al este funciona como plataforma de observación y nexo de unión entre la formación rocosa y la vivienda. Se favorece, por lo tanto, una estética de contraste más que de mimetismo. A su vez, los huecos se disponen para incorporar luz, aprovechar panorámicas y favorecer la ventilación.
La construcción modular de la Casa Garoza hace posible disponer de una calidad técnica y unas instalaciones similares a una vivienda urbana: suelo radiante, domótica u otros sistemas sostenibles, con la gran ventaja añadida de tener todo montado en un solo día. Y si se desea una ampliación, los nuevos módulos (también sin cimientos) se integrarían con la misma facilidad y rapidez, por lo que no se interrumpirían las actividades de la vida cotidiana.