En el pequeño municipio de Valverde de Campos, cercano a Valladolid, sus poco más de cien habitantes decidieron invertir los excedentes de la producción de los parques eólicos en la construcción de una nueva estructura que dialoga con sus habitantes y sus necesidades. Un edificio que ejerciera de Casa Consistorial, teleclub, centro médico, cafetería y centro de atención a los mayores, haciendo referencia a la tradición del municipio desde un acercamiento contemporáneo. Una ciudad en un edificio o un edificio en una ciudad, a manos de Óscar M. Ares.
Distribución en soportales
Destaca una distribución que se asemeja a las calles con soportales. Al conectar en su parte superior un espacio urbano cerrado, con la plaza mayor en su parte inferior, la construcción soluciona un problema urbano mediante una solución innovadora pero conocida por los habitantes de Valverde de Campos.
El recorrido interior se ordena en calles cubiertas y otras soportadas en torno a una pequeña plaza intermedia. Este concepto en la distribución complejiza el edificio creando una pequeña ciudad en su interior.
La piel de la zona
La piedra autóctona, como protagonista, se concibe como la piel tectónica del edificio, marcando su identidad y adaptándose a la imagen de las construcciones próximas, como una muestra de pertenencia al medio. La madera y el hormigón lavado ejercen de contrapunto, creando un diálogo entre tradición y modernidad, sin renunciar a la personalidad autóctona.
El proyecto, al tomar lugar en una de las zonas menos pobladas de España, trasciende una función lúdica. Lucha contra la despoblación y ofrece espacios y servicios de calidad en una zona rural. El edificio pierde su propia condición de construcción, para servir como hábitat comunitario.
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