Proyecto del arquitecto, afincado en Seattle, Olson Kundig.

Se trata de una cabaña «virtualmente indestructible» en el bosque de la Olympic Peninsula (en el estado de Washington),  para una pareja aficionada a la pesca de la trucha arcoiris que buscaba un lugar sencillo. Como condición, pidieron que fuera de bajo coste, bajo mantenimiento y que se pudiera dejar desatendida durante varias semanas, sin que las inclemencias del tiempo la perjudicaran. El producto final es una caja de madera, de 32m2 revestida de acero templado sin acabado que se sostiene sobre pilares de hierro. Coexiste en armonía con la naturaleza salvaje -la huella de la arquitectura es pequeña- y funciona como aliada incondicional contra ésta.

olson-kundig-sol-duc-cabin-in-washington-steel-gardenista

olson-kundig-sol-duc-cabin-in-washington-kitchen-and-deck-gardenista

 Sin goteras, sin cristales rotos o inundaciones.; esta cabaña es para 2 personas que no quieren sorpresas. La zona de estar, comedor, cocina y baño están en la planta principal. El dormitorio, tipo loft con espacio para almacenaje, está en la planta superior.

olson-kundig-sol-duc-cabin-in-washington-open-and-closed-gardenista

Los arquitectos pre-fabricaron casi toda la cabaña en una fábrica lejos de la parcela, de tal forma que la molestia generada por la construcción fuera prácticamente inexistente. La cabaña está abierta cuando un número de contraventanas de acero se retrotraen para revelar un muro de vidrio; la apertura es manual (mediante una rueda) que pone en movimiento un sistema mecánico de engranajes y cables. Cuando se cierran, las contraventanas cubren las ventanas de la cabaña protegiéndola de los elementos.

olson-kundig-sol-duc-cabin-in-washington-front-entry-stair-gardenistaFotografías de Benjamin Benschneider  

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *