El diseñador español Jaime Hayón es el responsable del look colorista y desenfadado que luce el interior del Barceló Torre de Madrid. Con una ubicación privilegiada en la capital, entre la calle Princesa y la Gran Vía, sus 256 lujosas habitaciones ofrecen un homenaje al patrimonio cultural de nuestro país.
Así, enormes fotografías de chulapas, flamencas, toreros o falleras –obra de los holandeses Klunderbie– se mezclan con detalles árabes y moriscos. Con un espíritu alegre y poco convencional, Hayón incorpora mobiliario de Fritz Hansen, &Tradition, Arflex, Gubi, BD Barcelona, Cassina o Parachilna, dando rienda suelta a un colorido impactante. Todas ellas primeras marcas internacionales que puedes encontrar en la capital en showrooms como BATAVIA.
Los dorados de lámparas y máscaras rivalizan con todo un despliegue de tonalidades que nos introducen de inmediato en un ambiente festivo lleno de puro optimismo. ¡Hasta un oso-cebra nos saluda, amistoso, alzando su sombrero de bronce desde el hall!
Este guiño surrealista al escudo de Madrid es uno más de los símbolos a descubrir por parte de los huéspedes a lo largo del recorrido. Cada rincón oculta una sorpresa. Por ejemplo, la cerámica dorada que ilumina el Garra Bar nos presenta el armario de bebidas más alto de la ciudad, una suerte de pequeña catedral de arcos románicos con vidrieras reinventadas a base de botellas multicolores.
También impresionan las vistas a la Plaza de España desde la cristalera panorámica del Restaurante Somos. Todo se ha cuidado al máximo en la remodelación de este hotel construido en 1957. Sus 142 metros de altura siguen siendo una referencia del Madrid moderno. En esta nueva etapa inaugurada a principios de año, el arte y el diseño contemporáneo logran una estética glamurosa, equilibrando el lujo con la comodidad.
Hayón ha trabajado durante meses escogiendo sofás, sillas, espejos y un sinfín de elementos decorativos, que lucen en todo su esplendor gracias a una iluminación sutil y elegante. Objetos muy dispares para reflejar la diversidad de la esencia madrileña y española, con sus dosis armónicas de tradición y vanguardia. Sin duda, su propósito era honrar a la ciudad que lo vio nacer. Y visto el resultado, la reforma bien merece las cinco estrellas.
Imágenes vía Barceló Torre de Madrid y Jaime Hayón