La vivienda unifamiliar Casa Can Canyís es un magnífico ejemplo de adaptación al paisaje. Con vistas a la bahía, las montañas y el valle de Canyamel (Mallorca), los arquitectos Paula Caballero y Diego Colón han sabido trabajar con acierto sobre una topografía muy escarpada.

El marcado desnivel de la ladera se salva por medio de unas escaleras en zigzag, inspiradas en las terrazas típicas de la isla.Sin embargo, lo realmente espectacular lo encontramos en los niveles superiores: cuatro grandes prismas con distintas orientaciones se apilan sobre varios zócalos de piedra.

Los cuatro volúmenes cuentan con ventanales de suelo a techo para enmarcar unas panorámicas insuperables. El piso inferior alberga el salón, la cocina y uno de los dormitorios, quedando los otros dos en los prismas superiores.

A pesar de compartir unas dimensiones similares, cada dormitorio (o suite) tiene una disposición particular. De esta forma, no hay habitaciones mejores o peores, sino que cada una permite al usuario disfrutarla a su manera. Este aire de libertad y de eliminación de barreras tiene su propio reflejo en los baños, donde el lavabo, la ducha o la bañera se tratan como si fuesen muebles aislados, por lo que se colocan libremente para poder contemplar el mejor paisaje.

A primera vista, el apilamiento de los prismas rectangulares puede parecer al azar, pero está pensado para sacar el máximo provecho a los espacios intersticiales, también acristalados. Lejos de constituir un elemento secundario, estas áreas abiertas vertebran los niveles, llenan de luz las zonas internas y sirven para introducir la vegetación en la casa. Una distribución falsamente caótica que diluye así la frontera entre interiores y exteriores.

En cuanto a la regulación térmica, la posición semienterrada de la vivienda favorece una temperatura interior agradable. Así mismo, la compleja geometría de Can Canyís hace posible contar con un estupendo patio interior ajardinado, dos terrazas semicubiertas y una pequeña piscina.

Respecto a los materiales, destaca la baldosa hidráulica de la cocina, que con sus diferentes tonalidades pone el contrapunto divertido a la sobria piedra arenisca, la madera de pino o las paredes de estuco blanco. Si a esto unimos otros elementos naturales, como las plantas y el agua, el diseño del estudio Caballero Colón refleja fielmente la esencia mediterránea.

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