Divide y vencerás. Esta parece ser la máxima aplicada en la Casa E, situada en las afueras de la localidad menorquina de Es Mercadal. El proyecto de la arquitecta y diseñadora gráfica valenciana Marina Senabre separa una vivienda unifamiliar en dos fragmentos que dialogan a nivel formal e histórico.

Por un lado, un volumen a dos aguas que hereda la estética tradicional de la isla de Menorca, con sus tejas artesanas y su fachada blanca. Por el otro, un edificio de cubierta plana que bebe de fuentes más contemporáneas, aunque se integra de maravilla en el paisaje campestre a través de grandes aberturas cuadradas, presentes en ambas mitades. La sinuosidad de prados, arbustos y lindes de mampostería frente a la linealidad sobria de la arquitectura.

Esta residencia rural para todo el año alberga en su parte más grande la cocina, el salón-comedor, un dormitorio con baño integrado y un pequeño estudio. Dos patios interiores dan paso al volumen a dos aguas, que actúa como espacio auxiliar con habitación de invitados totalmente equipada, gimnasio y una austera piscina cubierta.

Como un reflejo de la envoltura externa, el interior de la Casa E se diseñó con el mismo espíritu minimalista y cálido. La carpintería de madera enmarca el campo menorquín en los grandes ventanales, transformados así en auténticos lienzos de la naturaleza que cambian de color según las estaciones y las horas del día.

A su vez, unos pocos muebles de madera maciza subrayan el aire rústico de la vivienda, que se ilumina de noche con creaciones de la firma mallorquina Contain, como la lámpara de pie orientable Nuvol del comedor. Una luz que se procura integrar sin estridencias, casi mimetizada con los materiales y las tonalidades, algo que se aprecia muy bien en la cocina o en los discretos focos exteriores, ocultos a la vista.

El blanco menorquín, tan mediterráneo, cede su protagonismo dentro de las habitaciones a los verdes, ocres y azules del paisaje. Y como buena isla, tampoco podía faltar un recuerdo del mar, aquí en forma de piscina en uno de los extremos de la parcela.

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