Cascina Otto es una antigua granja situada en la carretera que asciende a la cima de San Bovo, en la localidad italiana de Cossano Belbo. Inmersa en un paisaje rural lleno de viñedos, la firma milanesa Studio Wok ha convertido el viejo edificio en una gran vivienda con vistas privilegiadas a este rincón del Piamonte.
Por indicación de los clientes –una joven pareja de Berlín–, la distribución interior se diseñó para crear un lugar cómodo donde recibir a los amigos que, a su vez, pudiera transformarse en una residencia artística o dedicarse a alquiler vacacional.
La construcción, estructurada en dos niveles, tiene forma de L e incluye la parte más antigua (noreste/suroeste), ya dividida en cuartos y zonas de almacenaje, y un gran establo en la planta baja.
Una primera intervención aprovechó las dimensiones del granero para organizar un área común diáfana que alberga la sala de estar, el comedor y la cocina. Se conservaron los pilares de ladrillo y se instaló una enorme zona acristalada de 15 metros de largo para disfrutar de las panorámicas.
Un nuevo balcón conecta a través de una escalera exterior con el patio, desde donde se accede a cada uno de los dormitorios, al tiempo que brinda uniformidad al frente del edificio.
Respecto a los materiales usados en la renovación, se eliminó todo el revoque original de yeso para dejar al descubierto la mampostería en piedra de Langa con inserciones puntuales de ladrillo. También se conservaron otros elementos típicos de la arquitectura tradicional, como el suelo de cerámica hexagonal.
Los añadidos, como el nuevo entramado de vigas de madera o el balcón con enrejado mínimo, respetan la historia del lugar y crean una transición amable de lo antiguo a lo contemporáneo. Para los suelos y las áreas de paso exteriores se decidió utilizar hormigón visto con un color y una textura que recuerdan a la piedra de Langa, un detalle que integra muy bien estas superficies masivas en la casa de campo.
Como colofón, se construyó en la pendiente una piscina de horizonte infinito. La lámina de agua refleja así el cielo y las viñas que rodean Cascina Otto.
