Nils Van der Celen es un diseñador de interiores belga especializado en crear soluciones atemporales. A través del equilibrio de materiales y su especial atención al detalle, logra potenciar la arquitectura de las viviendas hasta transformarlas en ese hogar personalizado que buscan sus habitantes.

Un buen ejemplo de su labor es el proyecto BUN, la renovación integral de un apartamento de los años 60 en la localidad flamenca de Knokke. Situado junto a la costa, la premisa principal era conseguir un ambiente tranquilo y flexible para una familia numerosa.

Como paso previo, se optimizó la distribución abriendo los espacios separados en la zona de estar. De este modo, se obtuvo una mayor conexión entre el comedor y el área común. Se optó por un amueblamiento mínimo con un gran sofá continuo paralelo a la isla de la cocina para una mayor flexibilidad a la hora de utilizar dicho espacio.

En cuanto a los dormitorios, se organizaron en una suite principal, un dormitorio juvenil con literas y una habitación de invitados con un baño adicional separado con ducha.

Siguiendo la línea estética propia de Van der Celen, se eligieron unos materiales naturales que persiguen la armonía de tonos, con los colores arena como recuerdo de la playa cercana. Un sabor costero que también se refleja en los suelos de arcilla calcárea con conchas marinas o en el revestimiento en color beis de las paredes de los baños.

La madera es otro ingrediente fundamental en el proyecto BUN. La chapa de roble proporciona calidez a los interiores, tanto en estanterías, como en mesillas, cabeceros o en el banco corrido del comedor, donde contrasta con la tonalidad más oscura de la mesa.

Mientras que en toda la casa priman las líneas rectas –de una sobriedad absoluta–, en la elección del mobiliario se permitió alguna concesión a las curvas, como la citada mesa de comedor, un diseño de la francesa Charlotte Perriand comercializado por Cassina. Este clásico atemporal comparte espacio con una versión contemporánea de la rústica silla de anea y unos sólidos taburetes para los más pequeños. Son detalles que aportan auténtico sabor de hogar y hacen la vida más cómoda y fácil a toda la familia.

 

 

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