Proyecto del estudio de arquitectos Crosson Clarke Carnachan en Coromandel (Nueva Zelanda).
La vivienda se concibió como un contenedor asentado ligeramente sobre el terreno. El objetivo fue re-interpretar la tradición constructiva de Nueva Zelanda -el oficio de la madera- la expresión de la estructura, revestimiento interior y exterior de forma pura y única.
La construcción tiene reminiscencias de las presas, muy comunes en la zona de Coromandel a principios del siglo pasado; una estructura pesada vertical que soporta una horizontal de madera. La madera natural desnuda, un recurso sostenible y reutilizable, proporciona la conexión con la naturaleza y lo natural. Un simple mecanismo en el porche permite que la «caja» se abra a la llegada -actuando como terraza- y se cierre al marchar -proporcionando seguridad y protección-.
La vivienda es de plano rectangular simple, que se asienta en un terreno de arbustos, a la manera de una cabaña rural, orientada al norte y a las vistas. El salón es abierto al exterior y se orienta al sol, como una tienda de campaña, mientras que los dormitorios están hacia dentro, manteniéndose frescos. La gran chimenea permite la habitabilidad durante el invierno, y el baño abierto y la bañera móvil permiten que el ritual del aseo diario se convierta en una experiencia conectada con la naturaleza.
Esta cabaña es un intento de proporcionar un entorno que capture la esencia del espíritu de las vacaciones en Nueva Zelanda, dentro del paisaje neozelandés.
Fotografías: Patrick Reynolds